El vino es una de las bebidas más amadas del mundo. Siempre se habla sobre los beneficios que posee para la salud, siempre y cuando se beba con moderación. Por sus múltiples propiedades, ayuda a prevenir y luchar contra algunas enfermedades y aquí compartiremos esas potencialidades, para que te decidas por una copa al día.
El vino y las enfermedades cardiovasculares
La famosa receta de una copa al día viene con una condición, debe consumirse durante la cena o el almuerzo. Varios estudios han concluido que ayudaría a prevenir muchas enfermedades cardiovasculares, tanto en los hombres como en las mujeres.
Ese es uno de los efectos más conocidos del vino tinto, siempre y cuando se consuma según la proporción adecuada y regularmente, insistimos. Sostienen que el vino tinto reduce la posibilidad de padecer una enfermedad coronaria, reduciendo la producción de colesterol malo (LDL) y aumentando el bueno (HDL).
Reduce efectos adversos provocados por el cigarrillo
El vino serviría para regular los daños que genera el tabaco en los vasos sanguíneos, ya sea para relajarse o vasodilatarse. Sobre todo, tiene efectos positivos en el endotelio, una capa de células que reducen la fricción entre los vasos linfáticos y sanguíneos, y en el corazón.
Previene la aparición de aterosclerosis
Esta es una de las enfermedades causadas por la degeneración de las arterias. El vino permite contrarrestar sus síntomas y hasta puede evitar que aparezca. La aterosclerosis sucede cuando los vasos sanguíneos pierden su capacidad de relajarse. El alcohol de esta bebida ayuda a los vasos a permanecer saludables gracias a la formación de óxido nítrico, sustancia fundamental en la relajación vascular.
Equilibra la tensión arterial
Si bien se sabe que el consumo excesivo de alcohol provoca hipertensión, beber una copa de vino al día (150 ml) tiene el efecto contrario para las personas que sufren de este problema, ya que baja la tensión luego de una comida.
Beber una copa diaria de vino tinto trae muchos otros beneficios para la salud: la ingesta diaria de este disminuye el riesgo de desarrollo de piedras en el riñón; evita la aparición de la enfermedad de Alzheimer; reduce el riesgo de padecer artritis reumática y minimiza la posibilidad de sufrir cáncer de garganta.
Todas estas propiedades el vino tinto las posee por su elaboración, tanto desde la elección de las uvas hasta el proceso de transporte y confección. Posee gran cantidad de polifenoles los cuales provienen de la cáscara y las semillas de las uvas). El vino blanco, por ejemplo, se realiza con la pulpa solamente, por ello no contiene estas sustancias.
Fuente: Mejor con Salud