Entre los consumidores existe cierta confusión de lo que realmente es un vino ecológico. A menudo términos como biodinámico o natural se entremezclan con el propio apelativo de ecológico, de manera que no siempre se tiene clara la diferencia entre uno y otro tipo de vino.
Para que un vino sea ecológico (orgánico o bio), el viñedo del que procede debe contar con certificación ecológica que restringe el uso de tratamientos de síntesis química para combatir las plagas, como herbicidas o fungicidas. Sin embargo, sí que es posible el uso del tradicional azufre y del sulfato de cobre. Los abonos deben ser orgánicos y, en general, se busca emplear prácticas agrícolas sostenibles que permitan al ecosistema mantener su equilibrio natural y a la uva adquirir una mayor concentración de sustancias antioxidantes, muy beneficiosas para la salud.
En bodega se permiten ciertos productos enológicos como por ejemplo el sulfuroso, los correctores de acidez o la bentonita (un clarificante) aunque en menor cantidad que en la elaboración de los vinos convencionales.
Se puede reconocer un vino ecológico según su etiqueta, ya que ésta suele llevar en la parte trasera el logotipo de la producción agraria ecológica (un sol y una luna sobre un fondo azul con tres líneas diagonales) de la comunidad autónoma en que se elaboran, así como la hoja verde con el ribete de estrellas que certifica los productos ecológicos a nivel europeo. Estos sellos garantizan que todo el proceso de elaboración del vino se ha producido según normas ecológicas y las bodegas se ven sometidas a inspecciones anuales para comprobar que así sea.
"Es importante romper el mito por el cual muchos consumidores asocian el vino ecológico a un vino con defectos en su aroma o sabor" dice Carme Saló, sumiller de Vinissimus, el eCommerce líder en Europa en venta de vino español online. "Esto no sólo no es cierto, sino que es casi contrario a la realidad. No siempre resulta sencillo distinguir mediante la cata un vino convencional de uno ecológico, pero si en algo pueden distinguirse es en la pureza de las sensaciones que transmiten, mayor en los vinos ecológicos, pues en su elaboración intervienen menos productos químicos que pudieran distorsionar el sabor original de la uva y, por ende, ser perjudiciales para nuestra salud" añade.
Vinissimus, recomienda los 4 mejores vinos que han sido tratados bajo criterios ecológicos.
Los 4 mejores vinos ecológicos
- Genium Ecològic 2012: vino tinto joven con crianza, elaborado a partir de una finca de producción 100% ecológica, reconocida y registrada. Cuenta con aromas potentes, especias y tostados con fondo de fruta negra madura.
- Castaño Ecológico Monastrell 2016: este vino tinto ecológico con DO Yecla, es perfecto por su vivo color picota. Tiene un carácter sedoso y deja un recuerdo final a frutas.
- La Felisa 2016: este vino ecológico cuenta con una historia personal, ya que rinde homenaje a Doña Felisa, la madre de los propietarios del negocio, y a la tradición y valores que recibieron por parte de sus padres: amor por la tierra y el viñedo. Tiene aromas frutales y florales que hacen de este vino una gran elección para los comensales.
- Cyan Tinta de Toro 2015: este vino de DO Toro representa su pasión por la tierra y respeto por la naturaleza. Es un vino vivo y expresivo, con frescos aromas de frutas rojas de zarzamora, grosella y mirto. Es perfecto para una cena con invitados.
Fuente: Vinissimus