La embajada de Bolivia en Cuba organizó una exclusiva degustación de productos nacionales tras la suspensión de la Feria Internacional de La Habana. Este evento, encabezado por la embajadora Yeshika Rosario Crespo Velásquez, fue una respuesta a los daños causados por el huracán Rafael en el recinto ferial, que impidieron la celebración del Día Nacional de Bolivia en la feria.
En un ambiente íntimo y cálido, la embajadora Crespo Velázquez expresó su gratitud a los asistentes y destacó la disposición de la embajada al continuar promoviendo su cultura y productos en circunstancias adversas.
"Siempre pensamos que podíamos hacerlo y, a pesar de no haber podido celebrar nuestro Día Nacional en la feria, estamos aquí en un encuentro pequeño pero muy cálido para degustar nuestros sabores bolivianos," afirmó la embajadora.
El evento se centró en la presentación de diversos productos emblemáticos de Bolivia, comenzando con el singani. Este destilado de uva blanco, producido a partir de la fermentación y destilación del vino de la uva Moscatel de Alejandría, es considerado el espíritu nacional de Bolivia. Originario del departamento de Tarija, el singani se produce a altitudes de entre 1800 y 2200 metros sobre el nivel del mar. La embajadora explicó que el singani tiene una historia de casi 500 años en los Andes, habiendo sido reconocido como Patrimonio Nacional de Bolivia en 2014 y como un producto distintivo de Bolivia por el gobierno de los Estados Unidos en 2021. Los asistentes tuvieron la oportunidad de degustar el cóctel más famoso de Bolivia, el chuflay, una refrescante mezcla de singani, ginger ale, hielo y limón.
Además del singani, otros productos bolivianos hicieron su aparición, destacando la quinua, conocida como el grano de oro por su alto contenido de proteínas. Durante la degustación, los presentes disfrutaron de platos innovadores como la quinua de cerdo, langosta y vegetales, una combinación que resalta la versatilidad y el valor nutritivo de este superalimento.
También se presentó el charque de llama, una carne que, en comparación con la de res, contiene menos grasa y colesterol, pero altos niveles de ácidos grasos omega-3. Este plato no solo ofreció una experiencia culinaria única, sino que también reflejó las prácticas sostenibles y tradicionales de Bolivia en la cría de ganado.
Entre los dulces, el evento ofreció miski lawa y un turrón de almendra amazónica, producido en el norte de Bolivia, en las regiones de La Paz, Cobija y Pando. Este tipo de turrón destaca por sus propiedades antioxidantes y beneficios para mantener los niveles de grasa en el organismo. Por otro lado, el miski lawa es un postre hecho con durazno deshidratado, tradicionalmente servido en Bolivia durante la festividad de Todos los Santos en noviembre.
La promoción de los vinos de altura de Bolivia fue otro punto destacado del evento. Estos vinos, que emergen de viñedos situados a altitudes superiores a los 2000 metros sobre el nivel del mar, son reconocidos por su complejidad y carácter único. Los asistentes degustaron un vino tinto de la bodega Barbacana, reserva 2021, variedad Tannat, caracterizado por su aroma intenso a fruta roja, flores de violetas y un final ahumado.
Para finalizar, se presentó el café boliviano, producido en las regiones de los Yungas. Este café, aunque no se produce en grandes volúmenes, se cultiva en condiciones únicas que le confieren un sabor especial, destacándose entre los cafés más famosos del mundo como los de Cuba, Colombia y Ecuador.
Este evento subrayó la rica oferta exportable de Bolivia y evidenció su compromiso con la promoción de su cultura y productos en escenarios internacionales, incluso frente a desafíos imprevistos. La degustación de productos emblemáticos resaltó la calidad y diversidad de la gastronomía boliviana, reflejando el interés de Bolivia por compartir su herencia culinaria y tradiciones con el mundo, reafirmando así su presencia en el mercado global.