Después de demasiados meses de encierro y restricciones (y hasta aquí mis referencias a la COVID), hay ganas de viajar. Ganas de experiencias (con las gastronómicas ocupando un lugar preponderante), ganas de aprender de otras costumbres, de relajarse en la contemplación de entornos naturales maravillosos, de divertirnos como nunca lo hemos hecho o, sencillamente, de evadirnos de la rutina.
Hay ganas de preparar la maleta, ese proceso en el que nos imaginamos en situación y buscamos en el armario lo más adecuado. Hay ganas de llegar al aeropuerto, cruzar el finger y embarcar en un avión lleno de sonrisas. Y de llegar al destino para sentir el olor indescriptible que cada territorio tiene, paladear su sabor, notar el calor, o el frío, o la brisa, saludar de vuelta a nuestros desconocidos anfitriones.
La industria se prepara, más que nunca, para recibir con los brazos abiertos a millones de personas que en este verano 2021 volverán a cruzar la puerta de un hotel para encontrar ese espacio mágico en el que somos protagonistas de nuestra propia historia.
Bienvenidos, viajeros
La vieja y querida Europa, con su catálogo de destinos maravillosos, alza la mano para atraer a los viajeros del mundo. Cuelga el cartel de "bienvenidos" Eslovenia, cuyos espacios naturales son uno de los principales atractivos: entre ellos, el valle del Soca adquiere especial protagonismo; lo cuelga la isla de Cefalonia, considerada una de las islas griegas más espectaculares gracias a playas de arena blanca y mar azul que son de otro mundo; nos espera Cavtat, la llamada Toscana croata, que se posiciona también como uno de los mejores destinos para esta temporada; nos recibe la tierra en cuyas fronteras han vivido y desarrollado culturas fascinantes: fenicios, griegos, romanos, bizantinos, árabes, sicilianos, españoles, franceses e ingleses, Malta; sueña con nosotros Lahti, en Finlandia, la Capital Verde Europea 2021, y, por supuesto, nos esperan con su mejor sonrisa los archipiélagos diseñados por una mano divina para perderse: los españoles Baleares y Canarias o las escocesas islas Shetland, 100 islas de las que solo una docena están habitadas y donde aún se respira su legado vikingo.
Tecnología para un turismo sin miedo
Pero, si todavía eres de los que no se siente demasiado cómodo dando vueltas por el mundo, la tecnología puede ser tu mejor aliado este año. Solo tienes que colocarte unas gafas de realidad virtual y viajar desde el sofá de tu casa, en pijama y pantuflas… La oferta de destinos no tiene desperdicio.
Puedes viajar por el espacio, o visitar la Estación Espacial Internacional o incluso ver cómo se entrena un astronauta con la tecnología y contenidos desarrollados por la NASA. O animarte a descubrir Google Arte y Cultura, un proyecto que utiliza la tecnología Street View para que puedas disfrutar en 360º algunos de los lugares más interesantes del planeta. Desde las plazas principales de ciudades hasta algunos de los monumentos más visitados del mundo como la Torre Eiffel, la Gran Muralla China, el Coliseo de Roma, la Alhambra de Granada, el Machu Picchu peruano o el Taj Mahal en la India, pasando por los museos con las colecciones de arte más potentes, como el Louvre, el MOMA de Nueva York, el Hermitage de San Petersburgo, o el Guggenheim de Bilbao. Desde la seguridad de tu burbuja y tan solo con unas gafas de realidad virtual.
En un futuro no tan lejano, probablemente pasaremos mucho tiempo en dispositivos de realidad virtual que nos permitirán visitar a personas que están a miles de kilómetros de distancia y recorrer, sin salir de casa, nuestro hermoso mundo. Pero hoy, en 2021, llámame romántica analógica en esto de viajar, no termino de comprar la realidad virtual.
Y no, no es negacionismo tecnológico. Para muchos de nosotros, utilizar unas gafas de realidad virtual y viajar por el mundo no es precisamente la experiencia soñada de descubrir un nuevo destino. Como Willy Fog, el protagonista de la serie de dibujos animados (1983) basada en la obra de Julio Verne La vuelta al mundo en ochenta días (1873), prefiero dar la vuelta al mundo en barco, en elefante o en tren y vivir las mil aventuras que nos esperan en cada rincón de nuestro planeta.
Gastronomía para reconectar con nuestra felicidad
Como turistas, este año buscaremos más que nunca experiencias. Y las gastronómicas volverán a ocupar un papel fundamental, pero no solo como la experiencia organoléptica de comer, sino sobre todo como la experiencia emocional de compartir tiempo y sentimientos con nuestros seres queridos y con la comunidad que visitamos. Si algo hemos aprendido en estos meses es que más allá del consumo de un alimento, nuestro sector proporciona espacios de convivencia comunes, espacios de convivencia sociales.
Los primeros restaurantes sí se plantearon para ‘restaurar’ el hambre, pero nuestro sector ha ido evolucionando hasta convertirse en tejedor del mayor network social. Antes que facebook fueron los bares, antes que twitter fueron los restaurantes. Nos hemos juntado antes en establecimientos hosteleros que en las redes sociales. Proporcionamos espacios de convivencia social, por eso la gastronomía es una manera maravillosa de generar más comunicación. La oferta gastronómica de los destinos turísticos será una vez más un factor de decisión muy importante; y los destinos han de tener en cuenta que el turista busca cada vez más gastronomía sostenible, de proximidad y que sirva para mejorar y fomentar el desarrollo de la comunidad local.
La huella imborrable
Porque cada viaje nos hace crecer y nos deja una huella imborrable, parafraseando a Jorge Luis Borges cuando afirma que "cada persona que pasa por nuestra vida es única. Ella siempre deja un poco de sí misma y se lleva un poco de nosotros", pienso que viajando ocurre algo parecido. Cada destino, cada experiencia, se almacena en una carpeta imaginaria en nuestro universo mental como una joya única y, a la vez, algo nuestro se queda ahí, para siempre.
Arne Sorenson -Presidente y CEO de Marriot, la mayor organización hotelera del mundo- afirmaba en un emotivo comunicado en marzo de 2020, poco antes de dejarnos para iniciar su último viaje, que cuando saliéramos de esta desearíamos volver a viajar. Y que, en ese gran día, todos sus equipos estarían ahí para darnos la más cálida bienvenida.
Estoy segura de que, en cualquier lugar del mundo, los equipos de la industria de la felicidad nos esperan con los brazos abiertos. Safe travels, viajeros del 2021. Feliz temporada, hoteleros.