Hace unas semanas, Canal Cocina (el principal canal temático de gastronomía que existe, probablemente, en el mundo), incorporaba a su programación un espacio llamado "Dos Miradas", en el que dos personas de edades muy diferentes contemplan los distintos escenarios gastronómicos de Madrid.
Una de esas miradas es la de Verónica Zumalacárregui, de 33 años; la otra mirada, la mía, de 86 años.
El programa se emite en Movistar TV, Vodafone, Orange y otras plataformas los fines de semana. Quizá por ello es uno de los programas con más éxito de Canal Cocina.
Dos Miradas
La idea es que dos personas tan distantes en el tiempo acudan, en cada capítulo, a dos restaurantes, dos lugares donde compartir, con sus diferentes miradas, un mismo menú, un mismo escenario y una misma conversación con el chef o el propietario.
En cada ocasión, yo elijo el restaurante que me parece interesante para enseñar y motivar a Verónica y ella, por su parte, elige uno de su estilo, con el que cree que podrá sorprenderme.
Los cuatro episodios que se han emitido hasta la fecha han sido un éxito.
En el primero, invité a Verónica a Horcher, uno de los restaurantes más emblemáticos de Madrid. Luego, ella me llevó a Tripea, un restaurante de cocina fusión situado en el mercado de Vallehermoso.
En el segundo episodio visitamos Soy Kitchen, donde Verónica me sorprendió con una cocina china moderna y de autor. Yo le llevé a Zalacaín, el que fue el primer tres estrellas Michelin de España.
Para el tercer capítulo elegí Lhardy, un lugar que ha sido testigo de la historia de Madrid durante los dos últimos siglos. Verónica me enseñó Katz, un pequeño restaurante especializado en bocadillos gourmet.
En el cuarto episodio visitamos el hotel Ritz, donde acompañé a Verónica por algunos de los salones y restaurantes más lujosos de Madrid. Ella me llevó al restaurante de los Desguaces La Torre, un lugar sorprendente que se ha convertido en un punto de encuentro para muchos madrileños.
Escenarios de excelencia
Curiosamente, nuestras diferentes miradas siempre confluyen y aplauden aquello que tiene calidad, que se mueve en términos de excelencia, sea cual sea el escenario y el nivel económico.
La conclusión es que se puede disfrutar comiendo en lugares muy diferentes y a precios completamente distintos, con chefs o gerentes a veces, también, contradictorios.
Todos ellos tienen una cosa en común: la ambición y el deseo de satisfacer al cliente. De satisfacerle no solo con la cocina sino, también, con el escenario, con la decoración, con la recepción, el protocolo y la atención a cada uno de los comensales.
Oferta gastronómica de Madrid
Gracias a la Nueva Gastronomía, la oferta gastronómica en Madrid es tan amplia que pueden encontrarse lugares adecuados y excelentes, en todos los sentidos, para cualquier persona, con cualquier nivel económico y motivación.
Quizá por eso, Madrid es, en la actualidad, uno de los Escenarios Gastronómicos de mayor nivel, de los más completos y deseados a nivel internacional.