Las enfermedades cardiovasculares representan hoy una de las principales causas de muerte en todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que es trascendental que la población tome conciencia del problema y apueste por introducir en su día a día pautas de alimentación y modos de vida más saludables. La carne de conejo, por sus características nutricionales, es muy buena para la salud y para las dolencias relacionadas con la actividad cardíaca, entre otras.
Esta carne forma parte de la tradición gastronómica europea desde hace siglos y es una pieza destacada de la Dieta Mediterránea, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Incluirla en nuestra dieta constituye una alternativa saludable para una correcta alimentación, que contrasta con propuestas menos recomendables que están avivando una las actuales pandemias que sufren las sociedades modernas más desarrolladas, la obesidad, tal y como ha subrayado la Organización Interprofesional Cunícula (INTERCUN).
Beneficios de consumir carne de conejo
De acuerdo con el consenso de la comunidad médica y científica, la carne de conejo debe formar parte de una dieta sana y equilibrada en todos los grupos de edad y, en suma, es especialmente apta para personas con colesterol alto, diabetes, mala circulación, sobrepeso o que hacen dieta, hipertensas, o con elevado ácido úrico.
Considerada como una carne blanca, el conejo es una de las especies que menos grasa contiene, lo que aumenta su digestibilidad, y asimismo destaca su contenido en proteínas de alto valor biológico, las que mejor asimila nuestro organismo.
Esta carne, que además es muy fácil de preparar, se erige como una opción clave para el buen funcionamiento del sistema cardiovascular y el control de peso gracias a su bajo aporte calórico y reducido contenido en colesterol. Según recoge un artículo publicado en Archives of Internal Medicine en el que se analizó a medio millón de personas, existe una relación inversa entre el consumo de carne blanca y la mortalidad total, y esa relación inversa sigue dándose si se analiza solo la mortalidad por cáncer, tanto en hombres como en mujeres, recuerda la Fundación del Corazón.
Asimismo, la mitad de los pacientes con insuficiencia cardíaca tiene déficit de hierro, según esta Fundación. Conviene recordar que el conejo es una fuente de este mineral, como también lo es de zinc y de magnesio y no menos importante, tiene bajo contenido en sodio, cuestión clave para prevenir ciertas enfermedades como las cardíacas.
El consenso médico remarca que una dieta que incluye carne de conejo contribuirá al aporte de nutrientes esenciales para la actividad física como son el potasio, el fósforo o el selenio, al tiempo que es rica en vitaminas B3, B6 y B12, que ayudan a disminuir el cansancio y la fatiga. También aporta vitamina E, de especial relevancia por su poder frente a la oxidación celular.
INTERCUN destaca que una ración de 200 gramos de carne aporta 45 gramos de proteínas de calidad superior a las de origen vegetal mientras que el aporte calórico se sitúa solamente en 135 kilocalorías por cada 100 gramos.
La carne de conejo no sólo está recomendada para prevenir enfermedades cardiovasculares (bajo contenido en sal, fundamental contra la hipertensión; fuente de potasio para mantener la presión arterial normal y bajo contenido calórico para mantener a raya el sobrepeso) sino que es muy nutritiva y deliciosa.
Te proponemos estas cinco recetas para que puedas degustarla.
Fuente: INTERCUM