Slow Wine Coalition, una red mundial que reúne a todos los protagonistas de la cadena de suministro para implementar una revolución vitivinícola en nombre de la sostenibilidad ambiental, la protección del paisaje y el crecimiento social y cultural del campo es la nueva iniciativa que ha puesto en marcha la organización internacional Slow Food.
Las bases para el nacimiento de esta comunidad se sentaron en Bolonia el 11 de octubre de 2020 cuando se presentó el Manifiesto por un vino bueno, limpio y justo, durante los días de Sana Restart.
Slow Wine Coalition
Slow Wine Coalition tiene como objetivo reunir, bajo esta idea, a quienes forman parte de la industria vinícola, desde los productores hasta los importadores y distribuidores, desde vinicultores hasta hosteleros, de los sumilleres hasta los periodistas, comunicadores y todos aquellos apasionados.
El mundo del vino aún vive algunos grandes problemas que no pueden ser resueltos exclusivamente por un puñado de productores virtuosos. Se necesita unidad de propósito, que es la creación de una red que ayude a dar a conocer estos esfuerzos, a incitar a los colegas a seguir su ejemplo y que sepa promover cultural e inteligentemente los productos que son fruto de una agricultura que ayuda al territorio. , paisaje y sociedad. En este sentido la iniciativa se basa en tres pilares: sostenibilidad ambiental, defensa de la naturaleza y crecimiento cultural y social de los campos.
Desgraciadamente, factores como la contaminación, el empobrecimiento de la biodiversidad debido al uso de herbicidas y fertilizantes, los monocultivos en las áreas de mayor precio, o la explotación de la mano de obra, están cada vez más presentes el mundo del vino, resquicios de una vieja cultura agrícola a la cual muchos productores están renunciando en favor de una verdadera revolución que está remodelando lentamente esta cara del sector.
De hecho, son muchas las bodegas que, buscando una reforma agrícola general, han comenzado a experimentar y han recurrido a sistemas de cultivo sostenible, practicando la agricultura biológica y biodinámica. En el futuro, sobre todo con vistas a la lucha contra el cambio climático, este sector se verá forzado a avanzar más rápido para ser un buen ejemplo para otros cultivos que suelen ser más desafortunados desde el punto de vista económico.
Y no es solo esto: a menudo, las viñas más utilizadas se sitúan en colinas o montañas, en zonas con una gran pendiente, allí donde la uva es la única oportunidad para crear un valor y mantener un bastión humano. Por ello, las empresas vitivinícolas modernas asumen un papel central en la defensa de la naturaleza, protegiendo su belleza e integridad, e incentivando el desarrollo de un sistema de turismo que cuida la ecología y a la gastronomía.
Por último, las bodegas son un lugar de integración de muchos trabajadores extranjeros que hoy suponen una mano de obra fundamental en los campos y que, a su vez, se convierten en nuevos habitantes de las colinas y de los pueblos que viven de la viticultura. Una relación destinada a valorar las competencias y, si es posible, añadir otras nuevas.
El primer gran evento de la Coalición tendrá lugar en Bolonia (Italia), del 26 de febrero al 1 de marzo de 2022 con la feria Slow Wine Fair, un encuentro internacional entre vinicultores, trabajadores y apasionados en el que habrá charlas, Laboratorios del Gusto y catas, con el objetivo de establecer un camino hacia una nueva revolución del mundo vitivinícola para que todos los protagonistas de la industria comprendan que el papel del vino no puede ser únicamente el hedonista ligado al placer de la degustación, sino que debe seguir un camino de auténtica sostenibilidad ambiental, defensa de la naturaleza y crecimiento social y cultural de los territorios vinícolas.
Fuente: Slow Food, Diario de Gastronomía