Cual motivo perfecto para el jolgorio típico de Madrid, la tradición ha unido en una cadena, tres fiestas populares hermanas, tanto en costumbres como en zona geográfica: San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma.
Envueltas en olor a clavel y bajo el resguardo de decenas de mantones de manila, las calles de Lavapiés y La Latina no duermen desde el pasado 6 de agosto.
Hasta el próximo 17 de agosto, estas celebraciones incluyen desde procesiones de la virgen y los santos, hasta juegos, concursos, conciertos y rutas de tapas, lo que supone un clásico para adentrarse en el espíritu de la capital española.
Tal como las fiestas de San Isidro, esta triada de verbenas de verano son una auténtica oda la identidad cultural y gastronómica de Madrid. Desde Excelencias Gourmet te damos varias claves para activar el modo chulapo/chulapa a través de los sabores más típicos de la jornada.
Entresijos y gallinejas
La casquería es un imprescindible de cualquier celebración madrileña. Las gallinejas son las tripas del cordero y los entresijos, el mesenterio. Se dice que su origen data de 1950, a partir de las sobras que salían del extinto Matadero de Legazpi, como un alimento asequible a las clases trabajadoras. La fritura se hace en la propia grasa del cordero y el único ingrediente a añadir es la sal.
Limoná
Sin dudas, la bebida por excelencia es la limoná. Como indica su nombre se hace a base de limonada, pero se le añade vino blanco suave acompañado de manzana, agua, azúcar y mucho hielo.
Huevos estrellados o rotos
Cuentan que esta receta es fruto de la casualidad, y se logra mezclando los huevos fritos con su puntilla y patatas.
Bocadillo de calamares
Aun cuando no hay certeza absoluta de que se originario de Madrid, los bocatas de calamares son un clásico incuestionable de estas fiestas. Se trata de un rebozado del marisco acompañado por pan y un poco de mayonesa o alioli al gusto del consumidor.
Barquillos
El punto dulce del menú castizo lo ponen los barquillos, hecho con canela y limón que se fusiona con el crujiente de una masa de forma cilíndrica hecha de harina, azúcar, aceite y agua. Por fuera se suele manchar con salsas de vainilla, chocolate o fresa. Algo curioso es que por estas fiestas los barquilleros suelen ir vestidos de chulapos.
Foto tomada de la página de Página oficial de Turismo de la ciudad de Madrid