Hubo una época, sobre todo en la Belle Époque, en la que donde mejor se comía era en los hoteles. Luego, los restaurantes de hotel perdieron su fama y, prácticamente, dejaron de estar valorados en el mundo de la gastronomía.
Pero eso cambia en los años 2000, en Madrid, cuando algunos hoteles apuestan por incorporar restaurantes de prestigio, que se convierten en un atractivo fundamental para la clientela.
Sin duda, Diverxo, el gran éxito de Dabiz Muñoz y el único 3 estrellas Michelin de Madrid, en el Eurobuilding del grupo NH Collection. Santceloni, uno de los restaurantes más completos de España, en el Hotel Hesperia, donde Óscar Velasco con Abel Valverde y David Robledo crearon un auténtico templo gastronómico. Y el restaurante Ramón Freixa, en el Hotel Único de la calle Claudio Coello, uno de los mejores escenarios de la creatividad gastronómica de la capital.
Pero yo quisiera referirme hoy a lo que ha sucedido en el último año y que deja asombrados a todos, incluso fuera de nuestro país. En plena pandemia y pospandemia, algunas de las grandes cadenas hoteleras del mundo se han instalado en nuestra ciudad y lo hacen, siempre, con un escenario gastronómico de lujo y un gran chef a la cabeza.
Restaurantes en los nuevos hoteles de Madrid
En el antiguo Hotel Hesperia, donde estaba Santceloni, Hyatt Regency renueva el modelo y lo pone en manos de Dani García (3 estrellas Michelin), creando dos espacios donde el humo y las brasas son los protagonistas: Leña y Smoked Room. Dani García también se ocupa de gestionar la restauración del Four Seasons.
En el Hotel Ritz, el grupo Mandarin Oriental ficha a Quique Dacosta (3 estrellas Michelin) para diseñar cinco grandes escenarios gastronómicos, entre ellos, el salon gourmet Deessa, que aspira a conseguir las 3 estrellas Michelin.
El último, Rosewood, al frente del Hotel Villa Magna, diversifica la oferta gastronómica con dos nuevos restaurantes. Por un lado, Las Brasas de Castellana, un lugar pensado casi más para los madrileños que para los propios clientes del hotel; y, por otro, Amós, donde Jesús Sánchez (del Cenador de Amós, en Santander, con 3 estrellas Michelin), intenta traer a Madrid lo mejor de la cocina del Cantábrico.
Madrid, destino de excelencia
Quiero destacar la capacidad de Madrid para atraer, en plena pandemia y pospandemia, a algunas de las mejores cadenas hoteleras del mundo. Y que, además, esas cadenas hoteleras hayan tenido en consideración la importancia de la gastronomía en los hoteles y el nivel de excelencia que ha adquirido la cocina española. En lugar de recurrir a chefs de otros países, han incorporado, en todos los casos, a alguno de los mejores chefs de nuestro país.
Sin duda, el gran éxito de la política llevada a cabo por la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, en los dos últimos años, ha mantenido la ciudad viva y en movimiento. Y ha servido de señuelo para que, no solo las cadenas de hoteles, sino también empresas y entidades organizadoras de actividades culturales, espectáculos y, en general, toda clase de iniciativas, hayan pensado que Madrid era el escenario ideal para instalarse y poner en marcha sus proyectos.
Quizá por ello, también Google Arts & Culture está estudiando la posibilidad de dedicar un espacio a Madrid, Destino de Excelencia.
