Museos del vino: un universo que tienes que visitar en Argentina

Creado: Lun, 30/10/2023 - 09:22
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Redacción Excelencias Gourmet
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Museos del Vino

Los museos son espacios donde todo está para descubrir. Los hay muy diversos en cuanto a fines y maneras de organizarse. En su mayoría tienen una misión formativa, pues en ellos, además de deleitarse con la imagen o el objeto, se aprende.

Hay museos para casi todos los temas y algunas regiones destacan particularmente por ellos, como Argentina. De historia, de arte, de moda … y hasta de vino. 

Te presentamos cuatro museos dedicados al vino que resaltan en este país, con amplia tradición en la esfera vitivinícola y donde el vino ha sido declarado bebida nacional.

1. La Enoteca Centro Temático del Vino, Mendoza

La Enoteca se encuentra ubicada en el Centro Cívico de la ciudad de Mendoza y es uno de los sitios emblemáticos que dan cuenta de la tradición y la importancia que tiene esta actividad.

A fines del siglo XIX, en sus instalaciones funcionó la Escuela Nacional de Vitivinicultura, donde se instruyeron profesionales que luego se convertirían en pioneros de esta actividad en Argentina y Latinoamérica. 

A pesar de haber sido transformada en un centro temático del vino, su construcción original se conserva, un pequeño viñedo a la entrada,para el destinado al estudio de las variedades, -tintas y blancas-, típicas de la región; un laboratorio y el edificio principal, que está compuesto por varias naves, una de ellas semienterrada y otra en forma de cava. Con gruesos muros de piedra, esta última se diferencia del resto del edificio, que fue edificado con ladrillos.

El sitio se ha convertido casi en una parada obligada para los amantes del vino o para quienes tienen curiosidad por conocer un poco más sobre este elixir y ofrece visitas guiadas, cursos, talleres y actividades de degustación.

2. Museo Nacional del Vino y la Vendimia, Mendoza

Museo Nacional del Vino y la Vendimia


El Museo Nacional del Vino y la Vendimia está situado en Maipú, región con larga tradición vitivinícola en la provincia de Mendoza. 

En esa zona, en las postrimerías del siglo XIX, las familias de Bautista Gargantini y Juan Giol, dos inmigrantes que marcaron la historia de la vitivinicultura más allá de la región, dieron vida a La Colina de Oro, una de las primeras bodegas de Mendoza. En ese predio, en donde ambos construyeron sus viviendas, desde 1993funciona el museo, que en 1998 fue declarado patrimonio histórico nacional.

La casona en la que se encuentra el museo impacta por su estilo art nouveau, donde aún se conservan parte del mobiliario original, botellas de antaño y hasta máquinas y herramientas caseras, entre otros objetos que se aprecian durante la visita guiada.

3. Museo de la Vid y el Vino, Salta

El territorio que anteriormente se conocía como “La Bodega Encantada”, desde el año 2011 es el Museo de la Vid y el Vino, situado en Cafayate, en la provincia de Salta.

No es un sitio convencional, sino que combina lo tradicional y lo moderno atravesado por un enfoque artístico, lo que sumerge al visitante en un espacio que estimula el conocimiento, las sensaciones y las emociones.

Este es un museo temático que se encuentra a la vanguardia, por su uso y aprovechamiento de los recursos tecnológicos, lo que genera una experiencia del vino diferente y única. Al recorrer el lugar se perciben distintos estímulos visuales, sonoros e interactivos que evocan al vino y son un atractivo que interpela a todo público.

Por solo mencionar un ejemplo, en la Sala Memoria del Vino, se rinde tributo a las costumbres, tradiciones y maneras de hacer, a la identidad vitivinícola de la zona, todo abordado desde una mirada histórica que se extiende hasta el futuro. El espacio impacta, al igual que la sala Memoria de la Vid y el Lagar y patio, que también forman parte del recorrido.

4. Museo Santiago Graffigna, San Juan

Grandes depósitos, barricas de robles y tanques de fermentación dan la bienvenida a los visitantes que llegan al museo. Esta instalación fue construida en 2003, como homenaje y para preservar el patrimonio, la tradición y el saber hacer de los fundadores de la bodega.

La historia de la familia Graffigna desde sus inicios ha estado ligada a la vitivinicultura. De hecho, Santiago Graffigna fue un inmigrante italiano, que arribó en Argentina en el siglo XIX buscando descubrir un nuevo terroir donde asentar su bodega. No es casual que en el museo se narra toda la trayectoria, apoyando en recursos gráficos.

El sitio, además, alberga entre sus áreas, la sala de Cubas, reconocida como Patrimonio Cultural de la Provincia. 

Como parte de la visita guiada, se visitan la sala de barricas, la sala de antiguas maquinarias, un sector de viñas, entre otros espacios. El circuito finaliza en el Wine Bar, donde es posible degustar los vinos que elabora la bodega. Graffigna es sinónimo de vino de calidad.

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