
La garnacha, es una variedad de uva española que se plantaba en los territorios de la Corona de Aragón ya por el s. XII, aunque sólo existe documentación desde el s. XVI. Es la uva de España más plantada en todo el mundo. La encontraremos, a veces con diferentes nombres en Francia (Grenache), Córcega, Cerdeña (Cannonau), el sur de Italia, Australia y California.
Esta uva, es quizás, una de las variedades más antiguas del territorio europeo, y por ello está viviendo una auténtica revolución en producción y comercialización tanto de viñas “nuevas” como viejas aunque, no encontraremos vides de su origen por la devastadora plaga de filoxera que afectó a los viñedos de Europa en el siglo XIX.
Un origen con raíces profundas
Aunque su cultivo se ha extendido tanto por el mediterráneo como por Australia y Estados Unidos y se ha discutido su verdadera procedencia, los estudios apuntan a que su origen es aragonés, concretamente de la provincia de Zaragoza y probablemente en el entorno de Cariñena o Campo de Borja, donde ya en la Edad Media se cultivaban cepas muy similares a la garnacha actual.
Por su resistencia a climas cálidos, su maduración tardía y su gran adaptabilidad al suelo, características que favorecieron su expansión, durante siglos, la garnacha fue una variedad apreciada. Su actual presencia en Cerdeña es símbolo de los lazos comerciales y culturales entre Aragón y el Mediterráneo, cuando la Corona de Aragón tenía territorios insulares.
Garnacha, revolucionaria
El resurgimiento de la garnacha en España, proviene del esfuerzo que han realizados bodegas, enólogos y territorios que apostaron por esta variedad pese a que durante años se consideraba “de segunda”. Algunos de los personajes clave en esta revolución fueron: Fernando Mora, sumiller de origen maño, Master of Wines es un apasionado de la garnacha aragonesa que trabaja en la recuperación de viñas viejas de garnacha en zonas casi olvidadas de Aragón. Su divulgación internacional ha favorecido la promoción de la garnacha a nivel internacional. También Robert Parker, influyente crítico de vinos estadounidense tuvo un papel muy relevante en la revalorización de la garnacha. En los 2000, Parker y su equipo comenzaron a prestar atención a los vinos elaborados con garnacha en zonas como Campo de Borja y Calatayud. Su puntuación a vinos de garnacha ayudó a cambiar la percepción internacional sobre esta uva que estaba considerada como rústica, oxidativa y poco elegante.
Parker aseguró sobre la garnacha: “una de las grandes uvas del mundo, que merece un reconocimiento mucho mayor"
Denominaciones de origen: el corazón de la garnacha
El corazón de la garnacha, en España, está en tierras aragonesas. Las D.O.P Campo de Borja, Calatayud, Cariñena y Somontano se han consolidado como referentes de esta variedad.
La D.O.P Campo de Borja, reconocida en 1980, se ha ganado el título de "El Imperio de la Garnacha". Sin embargo, su tradición vitivinícola se remonta a la época romana. Hoy en día, es reconocida por viñas viejas -algunas con más de 100 años- que ofrecen vinos potentes, equilibrados y con gran capacidad de guarda.
Zaragoza, capital mundial de la garnacha
Zaragoza, se ha convertido en la Capital Mundial de la Garnacha. Gracias a esta oportunidad, Zaragoza está desarrollando actividades catas, talleres, presentaciones, showcookings, muestras gastronómicas y certámenes como el Concurso Internacional Garnachas del Mundo, que ha tenido como sede Campo de Borja en varias ocasiones, reuniendo a expertos, enólogos y periodistas de todo el mundo.
Durante el fin de semana en Zaragoza, de la mano de la sumiller Marta Tornos, tuvimos la oportunidad de conocer más sobre la garnacha y probar vinos de la tierra como: Hacienda Molleda (D.O Cariñena), Alto Moncayo (D.O Campo de Borja) o Cuevas de Arom (D.O Calatayud).
Este título, no sólo pone en valor la calidad y versatilidad de esta uva. La Garnacha, se ha convertido en motor turístico de la región, por ello, se han desarrollado rutas enoturísticas para conocer viñedos descubrir la riqueza gastronómica que marida perfectamente con los vinos de garnacha.
La uva garnacha, es hoy símbolo de identidad, dinamización rural e innovación enológica. Y Aragón, con Zaragoza como epicentro, ha sabido liderar este movimiento, posicionándose en el mapa vinícola internacional como la cuna viva de una de las variedades con mayor proyección del mundo.