El viñedo más antiguo de América

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Martha Señán Hernández
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Casa Madero

México cada vez nos asombra más, sobre todo cuando empezamos a leer las memorias de tradiciones, hechos y costumbres que perduran en lugares tan sorprendentes como Valle de Parras, en el estado de Coahuila, reconocido en la XIV edición de los Premios Excelencias 2018, en FITUR.

Desde hace ya 422 años este sitio acoge unos viñedos magníficos y llenos de historia, ubicados con exactitud en la hacienda Casa Madero, en Parras de la Fuente, Pueblo Mágico de extraordinaria belleza, y lugar de encuentro para amantes y conocedores del mundo del vino.

El nombre de Coahuila deriva de voces nativas utilizadas para referirse a los originarios de la región. Algunos historiadores señalan como acepciones: "víbora que vuela" y "lugar de muchos árboles", mientras otros indican que su significado es "el lugar en donde se arrastran las serpientes". Fue durante la búsqueda de oro que los conquistadores españoles hallaron vides en este territorio e iniciaron la centenaria tradición vitivinícola en América.

Las bondades naturales de la zona, caracterizada también por la presencia de manantiales, motivó que los jesuitas Jerónimo Ramírez, Francisco de Arista y Juan Agustín de Espinosa establecieran en 1594 la Misión de Santa María de las Parras —hoy Parras de La Fuente— y con las uvas de las viñas nativas produjeron el primer vino de la región. 

Un año después, don Lorenzo García, uno de sus pobladores, solicitó una merced o dotación de tierras al rey de España Felipe II, quien finalmente autorizó en 1597 la siembra de viñas en esta zona. Nació así la hacienda de San Lorenzo, conocida en la actualidad como Casa Madero, cuyas paredes de piedra y adobe, rodeadas de jardines y viñedos, albergan a bebedores de todo el mundo.

Las mejores épocas para cultivar la vid son la primavera y el verano, ya que los campos se cubren de verde y Parras se transforma en un verdadero oasis. Anualmente, los días 9 y 10 de agosto tiene lugar un festival para celebrar la vendimia: cuando llega la esperada festividad, los habitantes se engalanan con sus trajes típicos y bajan de las montañas para bailar alrededor de una hoguera, antes de pisar las uvas y agradecer por la cosecha.

En el 2001, en Vinexpo, Francia, conocí a uno de los representantes de esta casa vinatera; probamos un tinto, recuerdo que tenía barril, con taninos domados, muy versátil, digno de los platos más complejos: era indudable que tenía sabor a continente.

Los recorridos por la fábrica-museo de Casa Madero permiten apreciar antiguas maquinarias o herramientas utilizadas para la elaboración del vino, como prensas de madera que datan de finales del siglo XVII y principios del XVIII, o imponentes barricas circulares. En los pasillos de las cavas, el aroma a bebida impregna el ambiente y le recuerda al visitante los encantos de una tierra pródiga.

Coahuila también se precia de otras dos reconocidas bodegas: Rivero González y el viñedo de Don Leo, este último a una hora de Parras y a 2000 m.s.n.m., para clasificar entre los más altos del mundo. Allí se trabaja con uvas importadas de Francia y se ha conseguido fabricar el único vino kosher (1) certificado de la nación azteca.

Como precedente histórico de la viticultura en México, el 20 de marzo de 1524 Hernán Cortés firmó un decreto donde se ordenaba que todos los españoles con encomiendas, debían plantar anualmente mil viñas españolas y autóctonas por cada cien indígenas a su servicio, para lograr una combinación rápida en las nuevas tierras.

Entre las variedades de uvas para vino tinto cultivadas en Parras de La Fuente, se encuentran Cabernet Sauvignon, Merlot, Shiraz y Tempranillo. Mientras que para vino blanco se cultivan las variedades de Chardonnay, CheninBlanc, Semillón y Colombard.

Notas:

1. Requieren de la supervisión de todo el proceso por un rabino.

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Martha Señán Hernández