Vinos y comida cubana

Creado: Mié, 29/07/2020 - 00:08
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Martha Señán Hernández
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Una conocida máxima asegura que "De todo hay en la viña del señor", y existen satisfacciones para todos los gustos y bolsillos. Sobre las diferentes posibilidades de armonías entre la comida cubana y los vinos, específicamente, he escuchado comentarios como estos: "la comida cubana no va bien con vinos", "lo mejor para nuestros platos es la cerveza", "no hay como un cerdo asado con una botella de ron"…

Los vinos son seres vivientes en botella, que nacen, crecen, se desarrollan y mueren. Desde la época de la Colonia en la Mayor de las Antillas, se tomaban vinos, unos bien conservados y otros en deplorable estado debido a la mala conservación.

Siempre hay que recordar que "el mejor compañero de un vino, es un buen cocinero". Ya en el siglo XIX, la riqueza culinaria de la Isla atrajo la atención de emblemáticos personajes como la Condesa de Merlín, quien en su libro Viaje a La Habana (1840) escribió elogios al ajiaco, comida cubana que prefería sobre las europeas.

En París, ella había degustado deliciosos platos de la cocina francesa e inglesa; pero los preferidos, que cotidianamente estaban presentes en su mesa, eran los cubanos. De ahí que cuando venía a pasar temporadas con su adinerada familia del Conde de Jaruco, soliera dar riendas sueltas al menú típico de Cuba.

"La comida es suntuosa, la cocina criolla y francesa rivalizan a cada paso. Los platos son cada cual más delicados… Tienen algo de refinado y están muy en armonía con la vida sensual de este país", afirmó en el mencionado libro.

A partir de la década del 90, la Isla comenzó a reverdecer la cultura del vino foráneo. Tenemos el privilegio de cultivar un sinfín de plantas, de las cuales se elaboran productos como el ron y el Habano; pero nuestro clima no permite que se siembre la viña, a no ser en microclimas: a la uva le gusta el agua, pero no soporta la humedad; le gusta el calor, pero el sol nuestro la asfixia.

¿Cuántos personajes de época habrán degustado entonces el tamal en cazuela, con un vino blanco o un tinto ligero español del Mediterráneo; o el Taitabusio , con un tinto joven vigoroso? ¿Y qué decir de la jaibita rellena gibareña, con un blanco pasado por barril? ¿Acaso has pensado en unas masas de cerdo fritas, con un Merlot o Carmenere chileno? ¿Tienes la experiencia de haber saboreado unas torrejas con vino dulce?

Los platos cubanos, sin temor a equivocarme, son únicos, diferentes; no solo por las manos expertas de nuestros cocineros, también por nuestras sazones, carnes, vegetales y viandas que, cocinadas, hacen las delicias de cualquier paladar exigente. Son como una orquesta donde todos los instrumentos están bien afinados.

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¿Quién no degustaría los siguientes platos con los vinos que a continuación mencionamos? Esta es una pequeña recomendación; la lista es interminable, puesto que todos los días se confeccionan platos sorprendentes de la cocina cubana:

  • Ajiaco cimarrón, vinos Merlot, Carmenere. Tintos de medio cuerpo y solícitos.
  • Pescado asado a la cubana, vinos blancos jóvenes preferiblemente, vinos afrutados del sur de Francia o Sauvignon Blanc de Chile.
  • Croquetas de pescado, vinos blancos del Penedés o Cava.
  • Pollo asado en cazuela, vinos tintos jóvenes, España y Chile.
  • Cordero asado tradicional, vinos tintos rotundos, con crianza en barril, tempranillo, cabernet Sauvignon, entre otros.
  • Pierna de cerdo asada a la criolla, vinos de Carmenere, Merlot, con taninos domados  preferiblemente chilenos, californianos, con sabor de continente.
  • Carnes a la brasa con la salsa barbacoa: Burdeos, Rioja, Chianti, Cabernet chileno. Tintos bien estructurados.
  • Repostería cubana: No tenemos costumbre de tomar vinos con dulces. Antes se tomaba Viña 95, de principio a fin en una cena de fin de año o cualquier celebración. Este vino solo va bien con el postre o una copita a media tarde. ¿Cómo armonizar los postres cubanos? A pesar de sus complejidades, son manjares fáciles de maridar. Postres de frutas resultan excelentes compañeros de Jerez dulce, Vendimias tardías, Espumosos semi dulces o Doux, o los socorridos vinos naturales.

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